viernes, febrero 05, 2010

Carta a una extraña.

No conozco a la destinataria de esta carta. Desde su comida favorita hasta lo que piensa acerca de la vida, no conozco a esta persona. Me consume el dolor de cabeza al saber de sobra que ella no me conoce tampoco. Desde mi color favorito hasta lo que yo pienso acerca de la vida, esta persona no me conoce. Pero la tengo de cara. Recuerdo - y observo - a menudo sus gesticulaciones en desacuerdo cada vez que le doy mi punto de vista de las cosas, o su espalda y su silencio cuando yo no estoy de acuerdo con ella.
Cada tanto hablamos - mi extraña y yo - pero nunca en profundidad. Nunca quise hacerlo necesario, puesto a que tiende a tergiversar todo lo superficial que le digo. Sin embargo lo eh intentado. No estoy bien desde hace un tiempo, y temo terminar enfermándome si me sigo guardando mis comentarios. Intento a menudo explicarle el por qué de mi vida, incluso a veces me gustaría que ella misma me lo pregutase. Me gustaría contarle las verdaderas razones por las que estoy enojada con Josefina; o por qué ella se enojo conmigo cuando empecé a salir con Pepe - nunca quise sacarle provecho a nada, mi intención nunca fue aprovecharme ni parecer amoral a sus ojos. Yo pienso que cada uno esta en su juicio de tomar sus propias decisiones. Ya estamos grandes. Cada uno eligió cómo tenía que ser y actuó conforme a lo que sentía-. Me gustaría explicarle también por que yo lloraba la noche de mi cumpleaños, aún cuando todos se habían ido, aun cuando ella me vió en el medio de la fiesta.
Pero ya consumí bastantes noches llorando en este maldito sofá. Nunca me voy a arrepentir de nada de lo que hice o dije, ya que, en realidad no hice nada malo. Todo lo que yo hacia era por que me hacia bien, no es la primera vez que lo digo, en el mas inocente de los sentidos me hacia bien. Y sigue siendo así.
Mi extraña a veces me hace mal. Su intencion no es esa, estoy segura. Pero a pesar de que intente buscar lo mejor para mi, puede llegar a parecerme todo lo contrario. Remarca mis tropiezos y minimiza lo que yo considero como triunfos. Nunca le pediría que me mienta, pero me resulta siniestro el egoísmo de no dejarme levantar sola cuando me caigo. Se intenciona erróneamente en querer ayudarme, pero sus comentarios siempre terminan deprimiéndome. Me reprocha cuando contradigo sus pensamientos, pero nunca se detiene a pensar el por qué de las cosas. -Hay que saber cuando callar-, le digo a mi extraña en mi mente, pensando en lo mucho que me molesta cuando critica o insulta a mis amigos, juzgándolos sin ni siquiera conocerlos o saber sus razones.
Mi extraña no escucha entonces, resignada, opté por escribirle, puesto que hablando nunca se me hizo fácil expresarme en la mayoría de las cosas. Hasta mis dirigentes en scout saben que me cuesta un triunfo hablar, y ni siquiera tube que decircelos, - no por eso son excelentes personas-. Me gustaría contarle a mi extraña todo lo que hago en mis encuentros con ellos cada sábado, pero ni siquiera puedo hacer que vaya a escucharme cantar en misa.
-Estas como adormecida- me dice, pero no pregunta y su -tenemos que hablar- siempre lo deja para otro momento, sigue en su reproche, pero ya aprendí a no escucharlos.
Las cosas cambiaron, lo entiendo y quizás la estoy viendo como un ogro, pero en parte se que no tengo razón, me conozco lo suficiente para saber de mi ciclotimia, pero siempre hay una mejor forma de decir las cosas. Pido un alto , una tregua a todo lo que hasta ahora me hizo mal. Yo quiero mucho a mi extraña.. no deja, a pesar de todo, de estar dentro mio, de verdad me interesaría escucharla...
Abus.
-Nadie te recordará por tus pensamientos secretos*

2 comentarios:

  1. como me encanta esa frase, me parecio escucharla alguna vez pero no me acuerdo de donde!

    ResponderEliminar
  2. Muy buen blog, y me encanta la frase de tennyson (: voy a entrar más seguido (: Besoo

    ResponderEliminar