sábado, febrero 27, 2010

Quelq'un..

La habitación naranja y desde la ventana los primeros rayos de sol, iluminando desde la biblioteca hasta el rincón de abajo del escritorio. En ningún otro momento del día me es tan agradable estar en este lugar que por un par de horas se ve tan cálido. Café de las 9, en la cama. Viendo la tele, pero no mirándola. Mi atención se centraba en la luz fría que borroneaba el ambiente de paz, y daba paso a como la ve normalmente la gente cuando pisa mi suelo de venecitas bordos casi despintadas y la alfombra de distintos tonos haciendo juego.
-Todo va a estar bien a partir de ahora-. me decía, y yo sonreía por que no había frase en el mundo que pudiera contradecirlo, y eso me hacia sonreír. Pero volví y ahora recuerdo mi sensación -de antes-. ¿De verdad me sentía así de egoísta? Pero no encuentro el por qué, lo entiendo todo.. al menos la parte que yo considero importante, no necesito un destinatario para entender todo. Extraño tantas cosas, tantas imágenes. No se pueden ver, y ni siquiera se disculpan. -Egoístas ustedes por no querer volver- les digo con soberbia. Y sigo en mi juego de hacer que no me importa. Es verdad, te consume, es verdad, te mata. Pero no pueden conmigo. Saben perfectamente donde atacar, a modo de herirme, pero no de causar un daño mayor. Ya no me hace falta gritarles para que paren, por que ya no me calan los huesos, son heridas superficiales, que no dejan de estar, pero siento que vendarme es demasiado exagerado para intentar curarlas. Necesitan aire, tiempo.

jueves, febrero 18, 2010

Memorias.

Recuerdo vagamente el paisaje de la ventana del departamento allá en Alberdi, hace poco más de dos años. Dos años y 1 día, para ser precisos, que miré por última vez mi paisaje favorito de cemento a tres escaleras y un subsuelo de distancia del piso. Pero no extraño mi antigua casa. Ni mi cuarto de niña de 10 años, decorado con hadas y tonalidades de rosas a lilas. Nunca me dejé llevar por ningún dejo de nostalgia al pasar por la puerta de en frente.
Vuelven a mi. Memorias reprimidas dentro de una cajita de pandora, esa que todos llevamos dentro. Recuardo las peleas en casa, mis miedos a la oscuridad, la luz celestina de la tele del cuarto de mis padres que se reflejaban en la muñeca pelada en el estante de arriba de la puerta, mis pesadillas de la infancia, mis ya acabados -primer día de colegio-. Pero no todo es asi de taciturno. Recuerdo las risas, mis piyamas con dibujos, mis dos osos grandes de peluche, recuerdo el sabor de las zucaritas frutales por la mañana, los vestidos con flores y moños que no me gustaban, los cortes de pelo, las artesanias hechas con rollos de papel higienico y papel de cocina. Me rio por lo bajo al descubrir que nada se fue. Esta todo aqui , en mi mente, pero lejos. Muy lejos. Lo suficiente como para no tener que recordarlo todos los dias. Extraño esos dias en los que yo sentia que el mundo era mio, puesto que no me importaba mas que las chicas superpoderosas en la tele, o un domingo en la casa de mi tia con todos mis familiares. Oh, mi familia que hoy en dia esta rota y desaparecida. No deja de ser un bello recuerdo, en el que yo quiero mirar con ojos de niña. Los adultos siempre complican los mas lindos momentos vistos desde afuera. Reflejos, fotos eso es lo que nos queda.

viernes, febrero 05, 2010

Carta a una extraña.

No conozco a la destinataria de esta carta. Desde su comida favorita hasta lo que piensa acerca de la vida, no conozco a esta persona. Me consume el dolor de cabeza al saber de sobra que ella no me conoce tampoco. Desde mi color favorito hasta lo que yo pienso acerca de la vida, esta persona no me conoce. Pero la tengo de cara. Recuerdo - y observo - a menudo sus gesticulaciones en desacuerdo cada vez que le doy mi punto de vista de las cosas, o su espalda y su silencio cuando yo no estoy de acuerdo con ella.
Cada tanto hablamos - mi extraña y yo - pero nunca en profundidad. Nunca quise hacerlo necesario, puesto a que tiende a tergiversar todo lo superficial que le digo. Sin embargo lo eh intentado. No estoy bien desde hace un tiempo, y temo terminar enfermándome si me sigo guardando mis comentarios. Intento a menudo explicarle el por qué de mi vida, incluso a veces me gustaría que ella misma me lo pregutase. Me gustaría contarle las verdaderas razones por las que estoy enojada con Josefina; o por qué ella se enojo conmigo cuando empecé a salir con Pepe - nunca quise sacarle provecho a nada, mi intención nunca fue aprovecharme ni parecer amoral a sus ojos. Yo pienso que cada uno esta en su juicio de tomar sus propias decisiones. Ya estamos grandes. Cada uno eligió cómo tenía que ser y actuó conforme a lo que sentía-. Me gustaría explicarle también por que yo lloraba la noche de mi cumpleaños, aún cuando todos se habían ido, aun cuando ella me vió en el medio de la fiesta.
Pero ya consumí bastantes noches llorando en este maldito sofá. Nunca me voy a arrepentir de nada de lo que hice o dije, ya que, en realidad no hice nada malo. Todo lo que yo hacia era por que me hacia bien, no es la primera vez que lo digo, en el mas inocente de los sentidos me hacia bien. Y sigue siendo así.
Mi extraña a veces me hace mal. Su intencion no es esa, estoy segura. Pero a pesar de que intente buscar lo mejor para mi, puede llegar a parecerme todo lo contrario. Remarca mis tropiezos y minimiza lo que yo considero como triunfos. Nunca le pediría que me mienta, pero me resulta siniestro el egoísmo de no dejarme levantar sola cuando me caigo. Se intenciona erróneamente en querer ayudarme, pero sus comentarios siempre terminan deprimiéndome. Me reprocha cuando contradigo sus pensamientos, pero nunca se detiene a pensar el por qué de las cosas. -Hay que saber cuando callar-, le digo a mi extraña en mi mente, pensando en lo mucho que me molesta cuando critica o insulta a mis amigos, juzgándolos sin ni siquiera conocerlos o saber sus razones.
Mi extraña no escucha entonces, resignada, opté por escribirle, puesto que hablando nunca se me hizo fácil expresarme en la mayoría de las cosas. Hasta mis dirigentes en scout saben que me cuesta un triunfo hablar, y ni siquiera tube que decircelos, - no por eso son excelentes personas-. Me gustaría contarle a mi extraña todo lo que hago en mis encuentros con ellos cada sábado, pero ni siquiera puedo hacer que vaya a escucharme cantar en misa.
-Estas como adormecida- me dice, pero no pregunta y su -tenemos que hablar- siempre lo deja para otro momento, sigue en su reproche, pero ya aprendí a no escucharlos.
Las cosas cambiaron, lo entiendo y quizás la estoy viendo como un ogro, pero en parte se que no tengo razón, me conozco lo suficiente para saber de mi ciclotimia, pero siempre hay una mejor forma de decir las cosas. Pido un alto , una tregua a todo lo que hasta ahora me hizo mal. Yo quiero mucho a mi extraña.. no deja, a pesar de todo, de estar dentro mio, de verdad me interesaría escucharla...
Abus.
-Nadie te recordará por tus pensamientos secretos*

miércoles, febrero 03, 2010

2-2-10 feliz cumpleaños 18

Ya me resigné, pero eso no quiere decir que no lo haya tenido en cuenta en su momento... Triste es que tampoco quiere decir que a vos te importase.


No quiero verte como eres, sino como cuando solias ser todo para mi...-hace ya tanto tiempo atrás..-