miércoles, marzo 17, 2010

Queda prohibido.

¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

domingo, marzo 07, 2010

Un cuento viejo.

Mi nombre es Isabel. Aunque apenas tengo 9 años me gusta sentirme un poco más madura que mis tontos compañeros de escuela. Me molesta cuando mi mamá e Inés me toman por nenita boba, de esas que se ven en los alumnos de primaria.
Hace ya 3 días que nos mudamos a este departamento. Ahora vivimos en la calle Suipacha. No me recuerda nada a mi antigua casa. Ahí tenia mas espacio para jugar, podía dejar mis juguetes donde quisiera por que esa era mi casa. La que sigo sintiendo como mía.
Los muebles ya estaban acá cuando vinimos. No, no los anteriores, unos nuevos. Son muy hermosos. ¡Pero es que aquí todo es tan aburrido y ordenado! No me gusta. Intenté decírselo a mamá, pero ella esta tan fascinada con los juegos de té y el ambiente de estilo ingles, que apenas se dio cuenta de que hay un par de libros roídos en el mas bajo de los anaqueles. Todo tiene la cantidad justa de equilibrio.
Me dan ganas de romper pagina por pagina todos esos libros bien acomodados de la biblioteca, o incluso hacer una fiesta de té con mis muñecas, escuchando esas melodías de fondo, de los cd's que Inés estuvo explorando. Se me ha dicho que no toque nada. Todo es lo suficientemente delicado como para que yo no pueda divertirme. Tampoco puedo asomarme por la ventana, es demasiado alto y puedo caerme.
Ahora es media noche, pero no puedo dormir. El ruido de los colectivos, afuera, me corta el sueño.
De repente siento como si algo me estuviese subiendo por la garganta y entonces, escupo un conejito.
By me.
Espacio: Departamento de la calle Suipacha.(Carta a una señorita en París- Cortázar)
Personaje: Isabel.(Bestiario- Cortázar)